Matemático. Profesor del área de Ingeniería Telemática en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza.
Soy un matemático raro: con claro carácter de matemático aplicado, pero enamorado de la matemática pura. Así que acabé en la escuela de ingeniería especializado en criptografía: una ciencia que aplica el álgebra a las comunicaciones digitales.
A mí me gusta el invento, pero cuando se lo tienes que explicar a futuros ingenieros, que tienen una perspectiva más aplicada, comienza el desafío. No tengo muy claro si me hice monologuista aprovechando esta experiencia, o por el contrario para mejorar metodologías docentes. El caso es que sigo disfrutando, tanto aprendiendo como enseñando.
Hay una nueva línea de demostraciones desarrolladas por los ingenieros (basada en la reducción) que se salta el método matemático basado en la inducción y la deducción. Y lo peor es que hay matemáticos a los que les gusta, aunque los haga “impuros”. Los hace matemáticos aplicados. Pero los queremos igualmente.
Todos conocemos elementos de las matemáticas con nombre propio: el teorema de Pitágoras, los cuerpos de Galois, la botella de Klein, el cono de Apolonio… todos con nombre de hombre. La explicación es que las mujeres no tuvieron acceso a los conocimientos matemáticos hasta bien entrado el siglo XIX. Sin embargo, hay alguna excepción. Explicaremos tres de ellas, ironizando sobre las grandes dificultades que tuvieron que pasar dichas mujeres para bautizar a los anillos noetherianos, los primos de Sophie-Germain y… la bruja Agnesi.
Para poder votar desde casa con todas las garantías democráticas, entre ellas el anonimato, hace falta poder realizar una identificación anónima. Veremos como la criptografía de clave pública puede construir esto, tan aparentemente contradictorio. Y es que si con un móvil podemos hacer cosas muy difíciles, ¿cómo no vamos a poder votar?
Para mucha gente este título es una contradicción en sí, pero es porque esa gente no es matemática. Y, ¿si les preguntamos a los matemáticos? Pues curiosamente son capaces de encontrar belleza en los teoremas. Haremos un repaso al Top5 del ranking de los teoremas más bellos e intentaremos “comprender” en qué consiste la belleza para un matemático.
¿Por qué los números primos parecen tener tanta relevancia en las matemáticas? La respuesta es que son como los elementos de la tabla periódica: son ladrillos básicos de construcción para elaborar estructuras más complejas. Haremos un breve repaso poético de esto y de diferentes tipos de primos que existen, dentro de las reflexiones que tiene el número “1” para que le consideren un número primo.